Independientemente de que el vehículo causante tenga una póliza obligatoria, el perjudicado debe realizar una reclamación en firme a la compañía de seguros de éste, para ser indemnizado. En muchas ocasiones dicha reclamación es lenta, costosa y farragosa. En otras ocasiones el vehículo causante se puede dar a la fuga, o también se puede dar el caso de que no haya acuerdo entre las partes y se tenga que ir a un contencioso.
Si opta por un abogado particular, todas las gestiones pertinentes, conllevan gastos en ocasiones muy elevados que debe costear el perjudicado. Y si hay lesiones importantes, se tienen que pedir informes médicos y forenses.
En caso de tener una póliza de reclamación de daños contratada (a muy bajo precio al año, si la contrata través de un club), si sufre un accidente, la compañía se encarga de todas las gestiones a través de los gabinetes especializados de los que dispone. La compañía ARAG tiene un reconocido prestigio y experiencia demostrada en este tipo de seguros.